A un aventurero, esto le hace que incite la pregunta ¿Hasta dónde puedo llegar?
Estas instantáneas son de un lugar llamado El Chorro, en el centro de Andalucía, cerca de Campillos (Málaga), y es EL CAMINITO DEL REY. Tiene su historia. Alfonso XIII estuvo por allí y debía ser un camino sobrecogedor que recorría ese desfiladero, esa ingente garganta... Pero desde hace años las maderas se deterioraron y comenzaron a morir aventureros.
Me dicen que hay otra entrada por otro pueblo: Ardales, pero con el tiempo que tengo para indagar, y ese ambiente de escaladores, me da la prisa por llegar y asomarme hasta dónde puedo llegar...
El corazón late más deprisa, la adrenalina corre por mis venas, luego descubro que para llegar hasta dicho "camino" no es necesario recorrer la vía del tren, hay otra ruta bajo este mismo puente. Pero al llegar al inicio del camino...
Doble barrera y ausencia de travesaños de madera anti locos-aventureros, osados que sientan la fuerza de atracción a lo desconocido y espectacular. E inicio el regreso reflexionando que está bien, prevenir mejor que lamentar. Pero me seduce la idea de que las autoridades reparen esta interesante ruta. Pero sólo apta para personas sensibles a lo paisajístico-natural. Nada de tirar latas, papeles,... Algunos los tiran hasta en el mismísimo patio del recreo ¿quién no me asegura que no lo tiren en lugares tan bonitos como estos?
